Cáncer de esófago: factores de riesgo, prevención y detección temprana
¿Qué es un factor de riesgo?
Un factor de riesgo es todo aquello que aumenta las probabilidades de tener una enfermedad. Los factores de riesgo de algunos tipos de cáncer podrían incluir el consumo de tabaco, la alimentación y los antecedentes familiares, entre otros. A veces, es posible que no se pueda determinar la causa exacta de un cáncer. Pero los factores de riesgo pueden aumentar las probabilidades de su aparición.
Información útil sobre los factores de riesgo del cáncer:
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Los factores de riesgo aumentan el riesgo de una persona, pero no siempre son la causa de la enfermedad.
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Algunas personas con muchos factores de riesgo nunca desarrollan cáncer. Algunas personas con cáncer tienen pocos factores de riesgo conocidos o no tienen ninguno.
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Algunos factores de riesgo se conocen muy bien. Pero aún se está investigando sobre los factores de riesgo de muchos tipos de cáncer.
Algunos factores de riesgo, como los antecedentes familiares, no se pueden controlar. Pero hay hábitos que sí se pueden cambiar. Conocer los factores de riesgo puede ayudar a que las personas hagan elecciones que reduzcan el riesgo. Por ejemplo, si un factor de riesgo es la alimentación poco saludable, podría empezar a elegir alimentos más saludables. Si el exceso de peso es un factor de riesgo, puede querer intentar perder peso.
¿Quiénes están en riesgo de cáncer de esófago?
Cualquier persona puede tener cáncer de esófago. Pero hay factores que pueden aumentar el riesgo. Entre ellos, se encuentran los siguientes:
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Edad avanzada. El riesgo de padecer este cáncer aumenta a medida que envejece.
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Género. Los hombres tienen muchas más probabilidades de tener este cáncer que las mujeres.
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Consumo de tabaco. El consumo de cualquier tipo de tabaco aumenta el riesgo. Esto incluye masticar tabaco, usar pipa y fumar puros.
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Consumo de alcohol. El consumo de alcohol aumenta el riesgo. Cuanto más beba, mayor será el riesgo. La combinación del consumo de alcohol y tabaco aumenta el riesgo mucho más que el consumo de cualquiera de los dos solo.
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Reflujo. La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), o reflujo, ocurre cuando el ácido del estómago sube hacia la parte inferior del esófago. Esto puede irritar la zona. Hay algunos casos de cáncer de esófago relacionados al reflujo. Pero la mayoría de las personas con reflujo no tienen este tipo de cáncer.
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Esófago de Barrett. Si el reflujo dura mucho tiempo, puede dañar las células del esófago. Esto se conoce como esófago de Barrett. Las personas con esta afección son más propensas a tener cáncer de esófago que las que no tienen la afección.
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Obesidad. Las personas con sobrepeso tienen un riesgo mayor.
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Dieta y nutrición. En algunos estudios se sugiere que las dietas con un consumo alto de carnes de res procesadas y bajo de frutas y verduras suponen un aumento del riesgo. Tomar muchas bebidas muy calientes también podría aumentar el riesgo.
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Acalasia. Esta enfermedad poco frecuente afecta los músculos del esófago. Provoca que el orificio entre el esófago y el estómago se tensione demasiado. Cuando esto ocurre, la comida no pasa con facilidad hacia el estómago. Esto podría estirar e irritar el esófago.
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Tilosis. Esta enfermedad hereditaria poco frecuente provoca cambios en las células que cubren las palmas de las manos, las plantas de los pies y el esófago.
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Síndrome de Plummer-Vinson. Este síndrome está relacionado con la anemia, con las uñas quebradizas y con el estrechamiento del esófago. Esto hace que sea difícil tragar y provoca irritación. Con el tiempo, la irritación puede causar cáncer.
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Antecedentes de determinados tipos de cáncer. Las personas que tuvieron cáncer de boca, garganta o pulmón tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de esófago. Esto puede deberse a que esos otros tipos de cáncer también se relacionan con el consumo de tabaco.
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Exposición a la soda cáustica. Beber un limpiador a base de soda cáustica provoca quemaduras químicas en el esófago. Las cicatrices que surjan pueden estrechar partes del esófago. A la larga, esto puede causar cáncer.
¿Cuáles son sus factores de riesgo?
Hable con el proveedor de atención médica sobre sus factores de riesgo y pregúntele qué puede hacer al respecto. Hay algunos factores de riesgo, como la edad, que no puede controlar. Pero hay algunas medidas que puede tomar para reducir el riesgo. Por ejemplo:
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No consuma ningún tipo de tabaco. Si fuma, intente dejarlo. Pídale ayuda al proveedor de atención médica.
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Evite el alcohol o reduzca su consumo.
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Siga una dieta equilibrada con un consumo alto de frutas y verduras.
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Logre y mantenga un peso saludable. Pídale ayuda al proveedor de atención médica.
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Haga actividad física.
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Si tiene acidez a menudo o le diagnosticaron ERGE, colabore con el proveedor de atención médica para controlar los síntomas. Pregunte al proveedor de atención médica acerca de las pruebas de detección para revisar cambios precancerosos en el revestimiento del esófago.
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Si tiene esófago de Barrett, pregunte al proveedor de atención médica sobre medicamentos para evitar que el problema avance. También debe consultar acerca de las pruebas de detección para identificar cambios en el revestimiento del esófago.
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Esté pendiente de cualquier signo de cáncer de esófago. Entre ellos, se encuentran los problemas para tragar, dolor de pecho, pérdida de peso o ronquera. Llame al proveedor de atención médica si presenta cualquiera de estos síntomas.
¿Debe hacerse una prueba de detección de cáncer de esófago?
Las pruebas de detección son el proceso de búsqueda de cáncer en las personas antes de que presenten síntomas. En este momento, desde ninguna de las organizaciones médicas importantes en los EE. UU. se recomienda hacer pruebas de detección de cáncer de esófago en la población general. Pero si tiene un riesgo alto debido a los factores de riesgo, hable con el proveedor de atención médica sobre las pruebas de detección. Por ejemplo, se le puede recomendar a una persona con esófago de Barrett que se haga pruebas de detección de cáncer de esófago.
Las pruebas de detección se hacen observando el interior del esófago. Esta prueba se llama endoscopia superior. Para hacerla, el proveedor de atención médica usa un tubo delgado con luz llamado endoscopio. El tubo se introduce en la boca y se desliza hasta el esófago. Tiene una cámara diminuta en el extremo. Esto permite que el proveedor de atención médica vea imágenes en una pantalla. Si se observan cambios en el revestimiento del esófago, el proveedor de atención médica puede extirpar trozos diminutos de tejido. Esto se denomina biopsia. El tejido se analiza para ver si hay cáncer, cambios precancerosos u otros problemas.
Consulte al proveedor de atención médica qué riesgo tiene de cáncer de esófago y si debe hacerse pruebas de detección.
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