Absceso cerebral
¿Qué es un absceso cerebral?
Un absceso cerebral es una infección en el cerebro que está encapsulada (confinada dentro de su propia área) y ubicada en una o más zonas dentro del cerebro. Esta afección puede causar problemas con el funcionamiento del cerebro y de la médula espinal.
¿Qué causa el absceso cerebral?
La causas más comunes de un absceso cerebral incluyen virus, hongos y bacterias; estas últimas son la causa más común y mucho más significativa. Hay tres formas en que un virus o bacteria pueden entrar al cuerpo e infectar el cerebro:
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La infección se propaga de otra zona infectada en el cuerpo, por lo general de un lugar cercano; típicamente, esto podría ser una infección en el oído, infección sinusal o infección dental.
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La infección se propaga a través del torrente sanguíneo desde la zona pulmonar o del pecho.
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Los gérmenes virales o bacterianos ingresan directamente al cerebro a través de una herida abierta en la cabeza.
Los factores de riesgo para el desarrollo de un absceso de cerebro son los siguientes:
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Enfermedades congénitas (presentes al nacer) del corazón
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Meningitis
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Infecciones crónicas del oído medio o sinusales
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Infecciones dentales o de mandíbula
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Infecciones en la cara o cuero cabelludo
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Lesiones en la cabeza o fracturas de cráneo
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Tracción. Un dispositivo médico que usa pines o tornillos que son colocados alrededor de las áreas de la cabeza y cuello; usado en pacientes con cuellos quebrados o para cirugías específicas que requieren que la cabeza y cuello estén inmovilizados.
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Infecciones de la derivación (dispositivos usados para drenar cantidades en exceso de líquido cefalorraquídeo)
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Diabetes
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Inmunodepresión. Un estado en el que, debido a afecciones genéticas o al uso de ciertos medicamentos fuertes recetados que deprimen al sistema inmunitario, la capacidad del cuerpo de combatir la infección se deteriora. Una infección por VIH es otra causa de inmunodepresión.
¿Cuáles son los síntomas de un absceso de cerebro?
Los siguientes son los síntomas más comunes de un absceso de cerebro. Sin embargo, cada niño puede experimentar los síntomas de manera diferente. Los síntomas pueden incluir:
Los síntomas del absceso del cerebro pueden parecerse a otras afecciones o problemas de salud. Consulte siempre con el médico de su hijo para recibir un diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica un absceso del cerebro?
El diagnóstico de un absceso de cerebro se hace después de la aparición repentina o gradual de señales y síntomas específicos y después de realizar pruebas de diagnóstico. Durante el examen físico, el médico de su hijo obtendrá un historial médico completo de su hijo. También podría preguntar si hay un historial familiar de cualquier tipo de problemas de salud. Se toma una medición de la circunferencia de la cabeza de su hijo y se compara con una escala que puede identificar rangos normales y anormales. Mientras la infección crece y se vuelve más grande, puede empujar sobre el cerebro y causar un incremento de presión dentro de la cabeza, que a su vez puede causar síntomas en su hijo.
Las pruebas de diagnóstico que se pueden realizar para confirmar el diagnóstico del absceso de cerebro pueden incluir las siguientes:
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Pruebas de sangre
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Rayos X. Una prueba diagnóstica que usa rayos de radiación para producir imágenes de los tejidos internos, huesos y órganos sobre una película. Es improbable que una radiografía de cráneo muestre un absceso, pero puede mostrar fracturas que podrían dar origen a un absceso.
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Imágenes por resonancia magnética ("MRI", por sus siglas en inglés). Un procedimiento de diagnóstico que utiliza una combinación de imanes grandes, radiofrecuencias y una computadora para producir imágenes detalladas de órganos y estructuras dentro del cuerpo. Se pueden necesitar fármacos de contraste intravenosos (IV) para destacar mejor el absceso.
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Tomografía computarizada (llamada también "CT" o "CAT", por sus siglas en inglés). Un procedimiento de diagnóstico por imagen que utiliza una combinación de rayos X y tecnología computarizada para producir imágenes horizontales, o axiales (llamadas con frecuencia rebanadas) del cuerpo. Una CT muestra imágenes detalladas de cualquier parte del cuerpo, incluso los huesos, músculos, grasa y órganos. Las CT son más detalladas que los rayos X generales, pero no son tan detalladas como una MRI. Es frecuente que sea necesario utilizar contraste (tinte) para evaluar un absceso.
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Pruebas de orina y heces
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Cultivo de esputo. Una prueba de diagnóstico realizada en el material que es expectorado de los pulmones y a la boca. Un cultivo de esputo se realiza con frecuencia para determinar si hay una infección.
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Punción lumbar (punción espinal). Una aguja especial se coloca en la parte baja de la espalda, en el canal espinal. Esta es una zona por debajo de la médula espinal. Luego se puede medir la presión en el canal espinal y el cerebro. Una pequeña cantidad de fluido espinal cerebral ("CSF", por sus siglas en inglés) se puede retirar y enviar para realizar pruebas para determinar si hay una infección u otros problemas. Es importante determinar qué tipo de infección puede estar causando el absceso porque el tratamiento varía según la causa. El CSF es el fluido que baña el encéfalo y la médula espinal de su hijo. Si existe inflamación significativa en el cerebro o cambios en el tejido cerebral, se puede esperar para hacer la punción lumbar o no hacerla en lo absoluto (debido a la preocupación sobre hernia cerebral, que es un proceso en el que el cerebro se comprime y luego se desplaza debido a las muy altas presiones). Si es seguro hacer una punción espinal, puede ayudar asegurarse de que se comience un tratamiento adecuado temprano para obtener los mejores resultados posibles.
Tratamiento del absceso cerebral
El tratamiento específico para un absceso cerebral será determinado por el médico de su hijo con base en:
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La bacteria, el hongo, el virus o el parásito que causa la infección
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La edad, salud global e historial médico de su hijo
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La gravedad de la afección
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La tolerancia de su hijo a procedimientos, tratamientos o medicamentos específicos
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Las expectativas del curso de la afección
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Su opinión o preferencia
La clave para tratar el absceso cerebral es la detección y el tratamiento tempranos. Un niño con absceso cerebral requiere hospitalización inmediata, administración temprana de antibióticos, posible cirugía y vigilancia cercana.
La meta del tratamiento es reducir la presión en la cabeza y drenar apropiadamente la infección. Se usan medicamentos para controlar la infección, ataques, fiebre u otras afecciones que puedan estar presentes.
El grado del problema depende de la gravedad del absceso cerebral y la presencia de otros problemas del sistema orgánico que podrían afectar a la persona. En casos graves, se puede requerir una máquina de respiración (ventilador) para ayudar a que el niño respire más fácilmente.
A medida el niño se recupera, se puede necesitar fisioterpia, terapia ocupacional y del habla para ayudar a que el niño recupere la fuerza muscular y/o las destrezas del habla.
El equipo de atención médica educa a la familia después de la hospitalización sobre cómo cuidar mejor al niño en casa, y describe problemas clínicos específicos que exigen atención médica inmediata de su médico. Un niño que tiene un absceso cerebral requiere evaluaciones médicas frecuentes luego de la hospitalización.